Directorio Legislativo



Daniel Noboa es reelecto y enfrenta el reto de consolidar su poder político




El 13 de abril, el presidente Daniel Noboa Azín fue reelecto para el período 2025-2029, tras imponerse en la segunda vuelta con el 55.65% de los votos frente al 44.35 % obtenido por la candidata correísta Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana. Noboa asumirá su segundo mandato el próximo 24 de mayo, con un capital político fortalecido aunque sin mayorías propias para establecer agenda.

Desde la oposición correísta se intentó desacreditar el proceso denunciando presuntas irregularidades, aunque hasta ahora tales acusaciones no han trascendido el plano discursivo. En este escenario, el verdadero reto de Noboa no será mantener el apoyo ciudadano, sino convertirlo en capacidad de gestión efectiva. 

Para ello, deberá articular acuerdos parlamentarios, evitar el aislamiento político y sostener una agenda reformista coherente que responda a las urgencias del país y defina el tono de su segundo período de gobierno. 

Reelección con margen: Noboa superó por 10 puntos a González

Con una participación superior al 83 %, la jornada electoral reflejó un electorado movilizado pero polarizado. Daniel Noboa logró revertir los resultados de la primera vuelta y superar las encuestas, imponiéndose con el 55,65 % frente al 44,35 % de Luisa González.

Entre febrero y abril, Noboa aumentó su caudal electoral en casi un millón de votos, revirtiendo la tendencia en cinco provincias clave y ampliando su presencia territorial. Destacó especialmente en Cotopaxi, donde su respaldo creció un 25 %, consolidando así una victoria estratégica y territorialmente sólida.

¿Qué desafíos deberá enfrentar el nuevo presidente?

La reelección de Daniel Noboa abre un nuevo ciclo político con oportunidades claras pero riesgos latentes. Su legitimidad, aunque por el momento sólida, podría desgastarse rápidamente si no responde con eficacia, con el respaldo de la Asamblea, a urgencias como la seguridad, el empleo y la crisis fiscal. La clave estará en consolidar una gobernabilidad efectiva y en convertir su movimiento en una fuerza política estructurada.

Desde el 14 de mayo, con una Asamblea fragmentada y sin mayorías, el oficialismo deberá construir alianzas con actores como Pachakutik y el PSC para alcanzar los 76 votos mínimos necesarios para aprobar proyectos de ley. Una estrategia de negociación firme y la capacidad de tender puentes más allá de las diferencias ideológicas serán esenciales para el avance de su agenda.

El desafío será superar la lógica reactiva y avanzar hacia una gestión con visión estratégica, articulando una agenda de reformas respaldada tanto en lo social como en lo parlamentario, capaz de conectar con las demandas estructurales del país.

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